En Polanco del Yi dejamos la Crossover para levantar el camión y partir hacia el Río en el lugar acordado según las indicaciones de Daniel, El Primo.
Encontramos a Daniel y seguimos a campo traviesa hasta toparnos con una portera con candado a unos 500 metros de donde estaban acampados. Cargamos a pie y ayudamos a carrgar a los 8 que regresaban ese día.
El Domingo nos quedamos ahí y al otro día nos equipamos para el frío para comenzar la aventura.
El Despelote (nuestra canoa) ya estaba en navegación con unas cuantas nanas y nosotros le agregamos otras. Pero, el abuelo Filipini traía equipo de reparación de emergencia, una membrana asfáltica funciona muy bien para evitar la entrada de agua.
Al poco rato de partir nos topamos con el Salto de los Camilos con varias volcadas, y también nosotros. Con casi 200 kg más la carga, la canoa pasó el salto pero el agua nos inundó. Dejé mi silla como una contribución más al río.
Navegamos como unos 25 km. ese día, venía contabilizando el GPS hasta que se me quedó sin baterías.
Estuvo complicado decidirse por el lugar a acampar, alguna crisis de liderazgo como es de costumbre. Entre el barranco y el arenal, por suerte triunfó el arenal!!
La infaltable picada, en este caso de Queso y Dulce de Membrillo que por suerte hubo en abundancia. Y el tema recurrente, LA ECOLOGIA, con discusiones acaloradas. El Príncipe dejó clara su posición!
Y el partidito de Truco. Que paliza les dimos con el Rey. Al final les dimos changuín durante el regreso en el camión.
Esa noche estaba frío mismo!! .......prendimos varios fueguitos para poder calentarnos.
Ya habíamos avanzado bastante y estabamos cerca del punto de regreso (San Borjas) por lo que disfrutamos la mañana en el campamento.
Al llegar a San Borjas recordamos el campamento frente al Puente que habíamos estado una vez. Buscamos el Roble que habíamos plantado en esa ocasión pero no lo pudimos encontrar.
El recorrido ese día fué muy corto y al llegar al puente cargamos las canoas en el Camión que nos estaba esperando y almorzamos Arróz con Atún preparado la noche anterior.
En el Camión es parte de la travesía, una merienda, unos truquitos y la añoranza del bañito que nos vamos a dar cuando lleguemos a casa.
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